DEUDAS E IMPAGOS
Las deudas no son solo cifras. Son silencios, tensiones, relaciones rotas o situaciones que se vuelven insostenibles si no se afrontan con claridad legal y emocional:
Se dice que el dinero nos cambia y hablar del mismo suele ser un asunto espinoso.
Es normal que el deudor sufra ansiedad y se sienta avergonzado por no poder afrontar el pago, tenga miedo a ser embargado, esté bloqueado ante el problema o se sienta arrepentido de haberse metido en algo que no podía asumir.
Por otro lado, el acreedor no suele pasarlo mucho mejor. Se suele sentir frustrado si considera que su confianza en el deudor se ha visto vulnerada; indignado si sabe que el deudor gasta dinero en otras cosas, pero a él no le paga; impaciente si no tiene respuesta; preocupado si él necesita ese dinero para, a su vez, hacer frente a sus propias deudas…
Sea como fuere, los impagos se dan y, aun no siendo plato de buen gusto para ninguna de las partes, cuando toca hay que afrontarlo.
Por mi experiencia lo que sí puedo asegurarte es una cosa: cuanto antes enfrentes el problema, mejor. Los problemas nunca se resuelven solos.
No es buena idea dejar pasar el tiempo mientras la deuda sigue creciendo, la relación se deteriora, aumenta la posibilidad de una declaración de insolvencia o de verse embargado.
Sea cual sea tu caso, puedo ayudarte a afrontarlo con serenidad y firmeza.
Si estás interesado, ponte en contacto conmigo
Lo primero es intentar una reclamación amistosa, por escrito y con pruebas. Si no hay respuesta, podemos enviar un burofax legal o iniciar un proceso de reclamación judicial, dependiendo del importe y del tipo de deuda.
Toda prueba que acredite la existencia de la deuda: un contrato, factura, albarán, transferencia, mensajes, correos electrónicos o incluso testigos. Te ayudo a organizar la documentación para que tu reclamación sea sólida.
Sí, aunque será necesario aportar otras pruebas que demuestren que la deuda existe. Un reconocimiento de deuda por WhatsApp o email, por ejemplo, puede ser válido. A veces basta con correos, facturas o transferencias. Cada caso se valora con detalle para ayudarte a probar la relación comercial y a reclamar con garantías.
Sí, aunque será necesario aportar otras pruebas que demuestren que la deuda existe. Un reconocimiento de deuda por WhatsApp o email, por ejemplo, puede ser válido. A veces basta con correos, facturas o transferencias. Cada caso se valora con detalle para ayudarte a probar la relación comercial y a reclamar con garantías.
No estás solo. Puedo ayudarte a negociar una quita, fraccionamiento o plan de pagos, o incluso valorar la Ley de Segunda Oportunidad si la deuda es insostenible. Lo importante es actuar antes de que el problema se agrave.
Depende del tipo de deuda y tu situación. No todos los bienes son embargables. Consúltame antes de llegar a eso. Puedo asesorarte para buscar soluciones legales que te permitan proteger lo esencial y llegar a acuerdos.
No ignores la notificación. Es importante responder adecuadamente. Si la deuda no es correcta o está prescrita, te ayudo a impugnarla y defender tus derechos.
También se puede reclamar. Te ayudo a hacerlo de forma respetuosa y sin dañar más la relación.
En importes bajos (menos de 2.000 € en un monitorio), sí. Pero contar con un abogado te asegura que la reclamación esté bien argumentada y que no cometas errores que puedan echar atrás tu derecho.
Sí, siempre que estén previstos por contrato o en la legislación. Puedo calcular los intereses legales o pactados para que recuperes el total justo.
Depende del tipo: las personales prescriben a los 5 años, las hipotecarias a los 20 y algunas a menos tiempo. Si crees que ha pasado el plazo, reviso contigo si puedes oponerte por prescripción.
Como avalista, puedes ser requerido a pagar. Te asesoro para saber si ese aval sigue vigente, si hay abusos o si puedes liberarte del compromiso según lo firmado.
Es un documento donde el deudor admite que debe una cantidad y se compromete a pagarla. Tiene valor legal y facilita una futura reclamación si el pago no se cumple. Puedo redactarlo por ti o revisar el que te presenten.
Depende del importe y del procedimiento. Pero siempre te informo con claridad antes de empezar.
No siempre. En muchos casos, se logra un acuerdo extrajudicial. Pero si hay que ir, te acompaño.
¿Tienes más dudas? ¿Crees que puedo ayudarte?
